¿Qué es la prueba de amplitud de distribución eritrocitaria?
La amplitud de distribución eritrocitaria, también conocida como RDW por sus siglas en inglés (Red Cell Distribution Width), es una prueba que mide la variabilidad en el tamaño y volumen de los glóbulos rojos en la sangre. Esta medición forma parte de un hemograma completo, una de las pruebas más solicitadas en medicina general.
Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos. Para hacerlo eficazmente, deberían tener tamaños similares. Cuando hay demasiada diferencia entre ellos, puede ser señal de un problema de salud subyacente, como la anemia o ciertas enfermedades crónicas.
¿Para qué sirve esta prueba?
El análisis RDW se utiliza habitualmente para:
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Evaluar síntomas de anemia, como fatiga, debilidad o dificultad para respirar.
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Distinguir entre tipos de anemia, según el tamaño de los glóbulos rojos.
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Apoyar el diagnóstico de trastornos hereditarios de la sangre, como la talasemia.
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Detectar problemas de salud relacionados con el hígado, los riñones o el corazón.
Generalmente, esta prueba no se interpreta de forma aislada, sino junto a otros indicadores como la hemoglobina, el volumen corpuscular medio (MCV) y los niveles de hierro en sangre.
¿Quién debería hacerse esta prueba?
Tu médico puede solicitar esta prueba si:
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Presentas síntomas de anemia, como cansancio, mareos, dolor de cabeza o palpitaciones.
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Tienes antecedentes de enfermedades hereditarias de la sangre, como anemia falciforme o talasemia.
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Estás bajo sospecha de enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal, VIH o enfermedad renal.
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Has tenido una pérdida de sangre significativa, por ejemplo, tras una cirugía o un accidente.
También puede solicitarse como parte de un examen médico rutinario para comprobar tu estado general de salud.
¿Cómo se realiza la prueba de RDW?
Es un procedimiento simple. Un profesional de la salud extrae una muestra de sangre de una vena del brazo con una aguja pequeña. La sangre se recoge en un tubo y se envía a un laboratorio para su análisis. Todo el proceso dura menos de cinco minutos.
No es necesario ningún tipo de preparación especial, y los riesgos son mínimos: apenas una molestia leve o un pequeño hematoma en el lugar del pinchazo.
Interpretación de los resultados
Los resultados de la prueba RDW se expresan como un porcentaje, que indica cuánta variación existe en el tamaño de los glóbulos rojos.
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RDW normal: indica que los glóbulos rojos tienen un tamaño uniforme. No descarta una anemia, pero sugiere que puede no deberse a una causa asociada con variabilidad del tamaño.
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RDW alto: refleja una mayor diferencia de tamaño entre los glóbulos rojos. Puede estar relacionado con:
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Anemia por deficiencia de hierro.
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Anemia megaloblástica (por déficit de vitamina B12 o ácido fólico).
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Talasemia.
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Enfermedad hepática o renal.
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Diabetes.
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Algunos tipos de cáncer.
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RDW bajo: es poco común y, por lo general, no tiene importancia clínica. Indica que los glóbulos rojos son muy similares en tamaño, pero no implica por sí solo un problema de salud.
¿Qué sucede si los resultados no son normales?
Tu médico evaluará los resultados del RDW junto con otros valores del hemograma para determinar la causa de cualquier alteración. Dependiendo del diagnóstico, se puede recomendar:
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Suplementos de hierro o vitaminas.
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Cambios en la alimentación.
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Medicación específica.
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Estudios adicionales para investigar enfermedades crónicas.
Nunca inicies un tratamiento por cuenta propia. Consulta siempre con un profesional de la salud antes de tomar suplementos o modificar tu dieta.
Prevenir es curar.
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Mantén una alimentación equilibrada rica en hierro, ácido fólico y vitamina B12.
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Evita el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
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Controla enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.
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Realiza revisiones médicas periódicas para detectar cualquier alteración a tiempo.
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