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¿Qué es y para qué sirve este análisis.
El análisis del líquido pleural es una prueba diagnóstica que permite estudiar una muestra de fluido anormal que se acumula en el espacio pleural, es decir, entre los pulmones y la cavidad torácica. Esta acumulación de líquido se denomina derrame pleural.
El líquido pleural normal actúa como lubricante entre las capas de la pleura, pero cuando se acumula en exceso puede comprimir los pulmones y dificultar la respiración. La prueba busca detectar la causa del derrame y orientar el tratamiento más adecuado.
¿Cuándo se recomienda este estudio.
Se solicita un análisis del líquido pleural cuando se detecta una acumulación anormal en una radiografía o tomografía, especialmente si hay síntomas como:
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Dolor torácico.
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Tos seca persistente.
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Falta de aire.
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Fatiga inexplicada.
Aunque algunos derrames pueden ser asintomáticos, si el hallazgo es incidental, esta prueba también se recomienda para evaluar su origen.
¿Cómo se obtiene la muestra.
El procedimiento se denomina toracocentesis. Consiste en insertar una aguja delgada entre las costillas, en la parte baja de la espalda, para extraer una muestra del líquido. Se realiza bajo anestesia local y, en muchos casos, con ayuda de una ecografía para guiar la punción.
La muestra se envía al laboratorio para su análisis físico-químico, microbiológico y citológico.
Tipos de líquidos pleurales y qué significan.
Existen dos tipos principales de derrames pleurales, según los criterios de Light:
1. Derrame trasudado.
Se trata de un líquido claro, pobre en proteínas. Se debe generalmente a desequilibrios de presión dentro de los vasos sanguíneos. Las causas más frecuentes incluyen:
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Insuficiencia cardíaca congestiva.
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Cirrosis hepática.
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Síndrome nefrótico o enfermedad renal.
2. Derrame exudado.
Es un líquido turbio o denso, rico en proteínas e indicativo de inflamación. Las causas más comunes son:
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Neumonía o tuberculosis.
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Enfermedades autoinmunes (lupus, artritis reumatoide).
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Cáncer pulmonar, de mama o linfoma.
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Traumatismos torácicos.
En estos casos, pueden hallarse células cancerosas, bacterias, hongos o sangre en el líquido pleural.
¿Qué riesgos tiene la toracocentesis.
Aunque el procedimiento es generalmente seguro, pueden presentarse complicaciones poco frecuentes como:
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Colapso pulmonar.
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Hemorragia interna.
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Infección local.
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Lesión de órganos cercanos.
Una radiografía después del procedimiento permite detectar y tratar cualquier complicación a tiempo.
¿Cómo interpretar los resultados.
El análisis incluye varios parámetros:
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Presencia de proteínas y LDH.
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Glucosa, pH, células, bacterias u hongos.
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Presencia de células tumorales.
Con estos datos, se determina si el derrame es exudado o trasudado, y se orienta el diagnóstico. Puede requerirse la repetición del procedimiento o complementarse con otras pruebas como biopsias, análisis de sangre o broncoscopías.
¿Qué hacer si tienes derrame pleural.
Si el líquido acumulado provoca síntomas, el profesional de salud puede extraer más cantidad durante la toracocentesis para aliviar la presión en los pulmones. Si el derrame es recurrente, puede colocarse un drenaje o catéter.
El tratamiento dependerá siempre de la causa identificada.
Prevenir es curar.
Mantener controladas enfermedades como la insuficiencia cardíaca, la cirrosis, la diabetes o los trastornos autoinmunes puede reducir el riesgo de presentar un derrame pleural.
Además, dejar de fumar, mantener un sistema inmune saludable, y acudir al médico ante síntomas persistentes ayuda a detectar a tiempo complicaciones respiratorias.
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