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¿Qué es y para qué sirve esta prueba?

El análisis del líquido sinovial es un estudio que permite evaluar la salud de las articulaciones a través de la observación y análisis de una muestra del fluido que las recubre. Este líquido, también llamado líquido articular, actúa como lubricante y amortiguador entre los huesos, permitiendo un movimiento suave y sin fricción.

Cuando existe dolor, hinchazón o limitación en una articulación, analizar el líquido sinovial puede ser clave para determinar si hay artritis, infección, hemorragia o presencia de cristales como los del ácido úrico.

¿Cuándo se recomienda este análisis?

Tu profesional de la salud puede solicitar esta prueba si tienes:

• Dolor articular con fiebre.

• Hinchazón persistente en una articulación.

• Enrojecimiento o calor local.

• Limitación de movimiento o rigidez.

También puede indicarse en personas con enfermedades articulares conocidas para controlar su evolución.

Causas comunes de alteración del líquido sinovial.

Algunas de las enfermedades que pueden afectar las propiedades de este líquido son:

• Osteoartritis. Degeneración del cartílago que genera dolor y rigidez.

• Gota o pseudogota. Causadas por la acumulación de cristales en la articulación.

• Artritis reumatoide. Enfermedad autoinmune que inflama y daña las articulaciones.

• Infecciones bacterianas. Provocan pus o turbidez en el líquido articular.

• Trastornos hemorrágicos. Como la hemofilia, que puede provocar presencia de sangre en el fluido sinovial.

¿Cómo se realiza la prueba?

Se obtiene mediante un procedimiento ambulatorio llamado artrocentesis. Consiste en:

1. Limpieza del área afectada.

2. Aplicación de anestesia local.

3. Inserción de una aguja en la articulación para extraer el líquido.

4. Envío de la muestra al laboratorio.

Este proceso dura menos de dos minutos y, además de diagnóstico, puede aliviar síntomas al retirar el exceso de fluido.

¿Cómo interpretar los resultados?

El líquido sinovial sano es claro, de color amarillo pálido, algo viscoso y sin células inflamatorias. Los cambios pueden indicar lo siguiente:

• Turbidez. Inflamación o infección.

• Cristales. Gota o pseudogota.

• Presencia de bacterias. Infección articular.

• Sangre. Posible trauma o alteración de la coagulación.

El análisis puede incluir pruebas de glucosa, proteínas, pH, cultivos, y observación al microscopio para detectar anomalías.

¿Tiene riesgos la artrocentesis?

Los efectos secundarios suelen ser leves, como sensibilidad o moretones. Las complicaciones graves, como infecciones o sangrado, son poco comunes. Se recomienda reposo relativo de la articulación y aplicación de hielo si hay molestias.

Prevenir es curar.

Cuidar tus articulaciones implica:

• Mantener un peso saludable.

• Evitar movimientos repetitivos excesivos.

• Tratar a tiempo infecciones o enfermedades autoinmunes.

• No ignorar el dolor persistente.

Una dieta antiinflamatoria y rica en antioxidantes también puede contribuir al bienestar articular.

¿Cómo encaja esto con un enfoque natural.

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