Cuando las temperaturas superan los 38 °C, nuestro cuerpo empieza a tener dificultades para mantener su equilibrio térmico. Si no se toman medidas, puede producirse un golpe de calor, una urgencia médica que puede tener consecuencias graves, especialmente en personas mayores, niños y pacientes con enfermedades crónicas.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es una alteración grave del sistema de regulación térmica del cuerpo. Ocurre cuando la temperatura corporal supera los 40 °C y los mecanismos de refrigeración (sudor, respiración acelerada, vasodilatación) ya no son suficientes.
El resultado es un colapso que afecta al cerebro, al corazón, a los riñones y al sistema muscular, pudiendo llegar a provocar coma o incluso la muerte si no se actúa de inmediato.
Síntomas del golpe de calor.
- Temperatura corporal muy alta (más de 40 °C).
- Piel seca, caliente y enrojecida.
- Náuseas, vómitos o mareos.
- Dolor de cabeza intenso.
- Confusión, irritabilidad o convulsiones.
- Pérdida de conciencia.
- Pulso acelerado y respiración superficial.
Factores de riesgo.
- Exposición prolongada al sol o ambientes cerrados sin ventilación.
- Ejercicio físico intenso en horas de calor.
- Uso de ropa muy ajustada o sintética.
- Deshidratación o ingesta insuficiente de líquidos.
- Edad avanzada, bebés, embarazadas o enfermedades crónicas.
- Consumo de alcohol o medicamentos diuréticos.
¿Cómo prevenir un golpe de calor?
- Evita salir entre las 12:00 y las 18:00, cuando el sol es más fuerte.
- Hidrátate constantemente, aunque no tengas sed.
- Usa ropa ligera, clara y transpirable.
- Permanece en lugares frescos, sombreados o climatizados.
- Evita comidas copiosas y el alcohol.
- Refréscate con duchas, paños húmedos o abanicos.
- Presta atención a mayores, bebés y personas vulnerables.
¿Qué hacer ante un golpe de calor?
Ante los primeros síntomas:
- Lleva a la persona a un lugar fresco y ventilado.
- Quítale la ropa innecesaria y refréscala con paños mojados o agua.
- Si está consciente, dale pequeños sorbos de agua o suero oral.
- Colócala en posición semisentada, con la cabeza elevada.
- Si hay inconsciencia o convulsiones, llama al 112 inmediatamente.
¿Puede ayudar OLife en estos casos?
OLife, a base de extracto de hoja de olivo, no es un tratamiento médico de urgencia, pero puede ser un aliado en la prevención del daño que el calor extremo produce a nivel celular:
- Disminuye el estrés oxidativo, que se agrava con el calor.
- Apoya la función renal y hepática, clave para la eliminación de toxinas.
- Contribuye al equilibrio de electrolitos y minerales esenciales.
- Fortalece el sistema inmune y la capacidad de recuperación.
Incluir OLife en tu rutina diaria durante el verano puede ayudarte a mantener tu organismo más resistente frente al calor y sus consecuencias.
Prevenir es curar.
Con simples cambios diarios puedes reducir el riesgo de golpe de calor:
- Bebe entre 2 y 3 litros de agua diarios.
- No hagas deporte en las horas de más calor.
- Revisa siempre que los niños, ancianos y mascotas estén bien hidratados.
- Lleva contigo un abanico, agua fresca y ropa cómoda.
- Protege tu salud con alimentos naturales y antioxidantes como OLife.
Conclusión.
El golpe de calor es una emergencia silenciosa que se puede prevenir con información, atención y buenos hábitos. Durante las olas de calor, tu mejor defensa es la hidratación, la sombra... y cuidarte desde dentro con el apoyo de soluciones naturales como OLife.