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Patricia Ramírez, Psicóloga Sobre Conseguir Lo Que Queremos: “Entre El Deseo Y El Resultado Tiene Que Haber Acción. Tienes Que Comprometerte Con Ese Cambio”

Revisado el: 11/08/2025

La reconocida psicóloga Patricia Ramírez lo resume con una claridad contundente: “Entre el deseo y el resultado tiene que haber acción. Tienes que comprometerte con ese cambio”. Esta frase encapsula una verdad fundamental sobre el logro de objetivos, ya sea mejorar nuestra salud, avanzar en nuestra carrera o aprender una nueva habilidad. No basta con querer; es imprescindible actuar. En este artículo, desglosaremos las claves psicológicas para transformar nuestras intenciones en resultados tangibles, basándonos en principios de la psicología del comportamiento y la neurociencia.

Puntos Clave del Artículo

  • La acción es el puente indispensable entre el deseo y la consecución de un objetivo.
  • El compromiso real implica crear un plan estructurado y sostenible, no solo depender de la motivación inicial.
  • Estrategias como la definición de objetivos SMART y la división de tareas son cruciales para evitar la parálisis por análisis.
  • La autodisciplina es una habilidad que se entrena y fortalece mediante la práctica constante de pequeños hábitos.
  • Entender y superar las barreras psicológicas, como el miedo al fracaso, es fundamental para mantener el impulso.

¿Por qué nos cuesta tanto pasar del deseo a la acción?.

La brecha entre querer algo y hacer lo necesario para conseguirlo es un desafío universal. La psicología identifica varias barreras clave que nos frenan. En primer lugar, la procrastinación, a menudo malinterpretada como pereza, suele ser una respuesta emocional para evitar sentimientos negativos asociados a una tarea (aburrimiento, frustración, miedo al fracaso). Retrasamos la acción para obtener un alivio temporal. En segundo lugar, la falta de claridad. Un deseo vago como "quiero estar más sano" es difícil de ejecutar. Sin un plan concreto y medible, el cerebro no sabe por dónde empezar y opta por la inacción. Finalmente, el miedo al fracaso o incluso al éxito puede paralizarnos, creando un ciclo de inactividad para protegernos de un posible resultado no deseado. Abordar estos obstáculos es el primer paso para mejorar nuestra salud mental y nuestra capacidad de ejecución.

¿Cómo puedo comprometerme realmente con un cambio de hábitos?.

El compromiso, como señala Patricia Ramírez, es el motor del cambio. Un compromiso efectivo va más allá de una simple declaración de intenciones. Requiere estructura y estrategia:

  • Define tu "Porqué" Profundo: Conecta tu objetivo con tus valores más importantes. ¿Por qué quieres realmente este cambio? Un "porqué" sólido (ej: "quiero tener más energía para jugar con mis hijos") es un ancla emocional mucho más fuerte que un deseo superficial.
  • Hazlo Público y Concreto: Comparte tu objetivo con alguien de confianza. Este acto crea una capa de responsabilidad social. Además, escribe tu plan. El simple hecho de plasmar los pasos en papel aumenta drásticamente la probabilidad de seguirlos.
  • Diseña un Entorno Favorable: Modifica tu entorno para que la acción deseada sea más fácil y la no deseada más difícil. Si quieres comer más sano, no compres ultraprocesados. Si quieres leer más, deja un libro en tu mesita de noche.
  • Empieza con Micro-Hábitos: En lugar de intentar cambiar todo de golpe, enfócate en una acción tan pequeña que sea casi imposible no hacerla. ¿Quieres correr 5 km? Empieza por ponerte las zapatillas y salir a la puerta durante un minuto. El éxito inicial genera impulso.

¿Qué estrategias psicológicas ayudan a conseguir objetivos a largo plazo?.

Para mantener el rumbo más allá del entusiasmo inicial, la psicología conductual ofrece herramientas probadas. La más conocida es el método SMART para establecer objetivos:

  • S (Specific - Específico): Define qué quieres lograr con total claridad.
  • M (Measurable - Medible): ¿Cómo sabrás que lo has conseguido? Usa números y métricas.
  • A (Achievable - Alcanzable): El objetivo debe ser retador pero realista para evitar la frustración.
  • R (Relevant - Relevante): Debe estar alineado con tu "porqué" profundo.
  • T (Time-bound - con Plazo): Fija una fecha límite para crear un sentido de urgencia.

Otra técnica poderosa es la división de tareas. Un gran objetivo puede ser abrumador. Divídelo en hitos trimestrales, metas mensuales, tareas semanales y acciones diarias. Esto convierte una montaña intimidante en una serie de pequeños pasos manejables. Para mantener la concentración y la claridad mental durante este proceso, algunos individuos optan por suplementos nootrópicos. Por ejemplo, productos como Focus Pro combinan ingredientes como la Bacopa monnieri, que según estudios contribuye a la mejora de la memoria y la función cognitiva, y la L-Teanina, conocida por promover un estado de relajación alerta sin somnolencia, ayudando a mantener la calma y el enfoque necesarios para ejecutar tareas complejas.

Hábitos prácticos para convertir la intención en acción.

  • La Regla de los 2 Minutos: Si una tarea toma menos de dos minutos, hazla inmediatamente. Esto combate la procrastinación y crea un impulso de acción.
  • Bloqueo de Tiempo (Time Blocking): Asigna bloques de tiempo específicos en tu calendario para trabajar en tus objetivos, como si fueran reuniones importantes.
  • Revisión Semanal: Dedica 30 minutos cada semana a revisar tu progreso, ajustar tu plan y celebrar las pequeñas victorias. Esto mantiene el objetivo vivo y relevante.
  • Practica la Autocompasión: Habrá días malos. Si fallas, no te castigues. Analiza qué pasó, aprende la lección y retoma el plan al día siguiente. La rigidez extrema conduce al abandono.
  • Prioriza el Descanso: El agotamiento es el enemigo del compromiso. Un sueño de calidad y pausas adecuadas son esenciales para tener la energía física y mental necesaria para la acción.

Preguntas Frecuentes Adicionales.

¿Qué es más importante para lograr un objetivo: la motivación o la disciplina?
La motivación es el impulso inicial, la chispa que enciende el deseo. Es fantástica para empezar, pero es inconstante y depende de las emociones. La disciplina, en cambio, es la capacidad de actuar independientemente de tu estado de ánimo. Es el sistema que te mantiene en movimiento cuando la motivación desaparece. La clave del éxito a largo plazo es usar la motivación para crear sistemas y hábitos que luego la disciplina pueda sostener.
¿Qué hago si pierdo el compromiso a mitad de camino?
Es muy común. Primero, detente y reevalúa sin juzgarte. Pregúntate: ¿Sigue siendo este objetivo relevante para mí? ¿Mi plan era realista? A menudo, no es el objetivo el que falla, sino el plan. Quizás necesites ajustar la estrategia, dividir las tareas en pasos aún más pequeños o reconectar con tu "porqué" profundo para reavivar la llama. A veces, una pausa planificada puede ser más productiva que forzarse y quemarse.

La acción como destino final del deseo.

La reflexión de Patricia Ramírez nos recuerda una verdad incómoda pero liberadora: nuestros deseos no se materializan por arte de magia. Requieren un compromiso activo y una ejecución deliberada. La diferencia entre la persona que somos y la que queremos ser se construye con las acciones que tomamos cada día. Al entender las barreras psicológicas, aplicar estrategias probadas y cultivar la disciplina como una habilidad, podemos cerrar la brecha entre la intención y el resultado, convirtiendo nuestros anhelos en logros reales y duraderos.

Aviso importante.

La información proporcionada en este artículo tiene fines informativos y educativos únicamente y no sustituye el consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre busque el consejo de su médico u otro proveedor de salud calificado con cualquier pregunta que pueda tener sobre una condición médica. Nunca ignore el consejo médico profesional ni se demore en buscarlo por algo que haya leído en este sitio web.

Fuentes y Referencias.

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