Revisado el: 22/08/2025
La demencia vascular es la segunda causa más común de demencia después de la enfermedad de Alzheimer, pero a menudo es menos comprendida. A diferencia de otras formas de demencia, su origen está directamente ligado a la salud de nuestros vasos sanguíneos. Comprender los factores de riesgo que comprometen el flujo sanguíneo al cerebro es el primer paso para su prevención. En este artículo, desglosamos las claves según la evidencia científica y las explicaciones de expertos de instituciones de referencia como la Clínica Mayo.
Puntos Clave del Artículo
- La demencia vascular es un deterioro cognitivo causado por una reducción del flujo sanguíneo que priva de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales.
- Los principales factores de riesgo son condiciones que dañan los vasos sanguíneos, como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto y el tabaquismo.
- A diferencia del Alzheimer, los síntomas pueden aparecer de forma súbita tras un ictus o de manera gradual por múltiples infartos pequeños.
- La prevención a través del control de la salud cardiovascular es la estrategia más eficaz para reducir la probabilidad de desarrollarla.
¿Qué es exactamente la demencia vascular?
La demencia vascular no es una única enfermedad, sino un término general que describe problemas con el razonamiento, la planificación, el juicio, la memoria y otros procesos mentales causados por un daño cerebral originado por un flujo sanguíneo deficiente al cerebro. Según la Clínica Mayo, este daño puede ocurrir de dos maneras principales: a través de un accidente cerebrovascular (ictus) que bloquea una arteria cerebral principal, o mediante una serie de infartos lacunares (pequeños accidentes cerebrovasculares) que pasan desapercibidos pero cuyo daño es acumulativo. En esencia, cuando las células cerebrales no reciben suficiente sangre, se dañan y mueren, afectando las capacidades cognitivas asociadas a esa región del cerebro. Proteger nuestra salud cerebrovascular es, por tanto, fundamental.
Cuáles son los principales factores de riesgo para la demencia vascular según los expertos.
Los expertos coinciden en que los factores de riesgo de la demencia vascular son prácticamente los mismos que los de las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. La prevención y el control de estas condiciones son cruciales. Los más destacados incluyen:
- Presión arterial alta (Hipertensión): Es el factor de riesgo más importante. La hipertensión arterial daña las paredes de las arterias en todo el cuerpo, incluidas las del cerebro, haciéndolas más propensas a estrecharse o romperse.
- Antecedentes de ictus o ataques isquémicos transitorios (AIT): Haber sufrido un ictus aumenta significativamente el riesgo. Un AIT, a menudo llamado "mini-ictus", es una señal de advertencia crítica.
- Colesterol alto (Dislipidemia): El exceso de colesterol LDL ("malo") puede formar placas de aterosclerosis en las arterias, estrechándolas y reduciendo el flujo sanguíneo cerebral.
- Diabetes: Un mal control del azúcar en sangre daña los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, acelerando la aterosclerosis y aumentando el riesgo de hipertensión.
- Tabaquismo: Fumar daña directamente los vasos sanguíneos, aumenta la presión arterial y la probabilidad de formación de coágulos.
- Fibrilación auricular: Este tipo de ritmo cardíaco irregular puede hacer que se formen coágulos en el corazón, que pueden viajar al cerebro y causar un ictus.
- Obesidad y sedentarismo: Ambos contribuyen a la hipertensión, la diabetes y el colesterol alto.
Qué síntomas tempranos podrían indicar un problema de demencia vascular.
Los síntomas de la demencia vascular pueden variar enormemente dependiendo de qué parte del cerebro se vea afectada por la falta de flujo sanguíneo. A diferencia del deterioro gradual de la memoria típico del Alzheimer, en la demencia vascular los síntomas pueden manifestarse de forma escalonada, con periodos de estabilidad seguidos de un empeoramiento súbito. Los signos tempranos más comunes, según MedlinePlus, se centran en las funciones ejecutivas:
- Dificultad para planificar, organizar o tomar decisiones.
- Lentitud en el pensamiento y problemas para procesar información.
- Problemas de concentración y periodos de confusión aguda.
- Cambios de humor, como apatía, irritabilidad o depresión.
- Problemas de equilibrio o marcha inestable.
- Pérdida de memoria, aunque puede no ser el síntoma inicial más prominente.
Cómo se diagnostica la demencia vascular.
El diagnóstico de la demencia vascular es un proceso complejo que busca confirmar el deterioro cognitivo y, crucialmente, vincularlo a una causa vascular. No existe una única prueba definitiva. Un médico generalmente seguirá estos pasos:
- Evaluación de historial médico: Se revisan detalladamente los factores de riesgo cardiovascular del paciente, como hipertensión, diabetes o antecedentes de ictus.
- Examen neurológico: El especialista evalúa los reflejos, el tono muscular, la marcha, el equilibrio y los sentidos para detectar signos de daño cerebral por ictus.
- Pruebas neuropsicológicas: Se realizan test estandarizados para medir la memoria, el razonamiento, el juicio y otras habilidades cognitivas. Estos resultados ayudan a objetivar el grado de deterioro.
- Pruebas de imagen cerebral: Son fundamentales. Una resonancia magnética (RM) o una tomografía computarizada (TC) pueden mostrar evidencia de ictus previos, infartos lacunares, o lesiones en la sustancia blanca del cerebro, confirmando la causa vascular del deterioro cognitivo.
Hábitos saludables para proteger tu salud cerebrovascular.
La mejor estrategia contra la demencia vascular es la prevención. Dado que sus causas están ligadas a la salud cardiovascular, adoptar un estilo de vida saludable para el corazón es proteger directamente el cerebro. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades sanitarias son claras:
- Controla tu presión arterial: Mantenla en niveles saludables a través de dieta, ejercicio y medicación si es necesario.
- Gestiona la diabetes: Mantén los niveles de azúcar en sangre bajo un estricto control.
- Mantén un colesterol saludable: Limita las grasas saturadas y trans y sigue una dieta rica en frutas, verduras y fibra.
- No fumes: Si fumas, buscar ayuda para dejarlo es una de las mejores decisiones para tu salud cerebral y general.
- Haz ejercicio regularmente: La actividad física mejora la salud de los vasos sanguíneos, baja la presión arterial y ayuda a mantener un peso saludable.
- Sigue una dieta equilibrada: La dieta mediterránea, rica en antioxidantes y grasas saludables, ha demostrado ser beneficiosa.
Además de estos hábitos, existen complementos alimenticios formulados para apoyar la salud cardiovascular. Un ejemplo es OLife®, que contiene OLIVUM®, un extracto acuoso de hojas de olivo rico en compuestos como la Oleuropeína y el Hidroxitirosol. Estos componentes, junto con otros de su fórmula como la Rutina y la Caléndula, han sido estudiados por su papel en el manejo de la hipertensión arterial esencial, la aterosclerosis y la dislipidemia, condiciones que son factores de riesgo directos para la demencia vascular.
Preguntas Frecuentes Adicionales
- ¿La demencia vascular tiene cura o se puede revertir?
- No, actualmente no existe una cura para la demencia vascular, ya que el daño a las células cerebrales es permanente. Sin embargo, un diagnóstico temprano y un manejo agresivo de los factores de riesgo cardiovascular (como controlar la presión arterial y la diabetes) pueden ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad y prevenir futuros eventos cerebrovasculares.
- ¿Cuál es la principal diferencia entre la demencia vascular y la enfermedad de Alzheimer?
- La principal diferencia radica en su causa y, a menudo, en su patrón de síntomas. El Alzheimer es causado por la acumulación de placas de proteína (beta-amiloide y tau) en el cerebro, llevando a un deterioro cognitivo lento y gradual. La demencia vascular es causada por problemas de flujo sanguíneo y sus síntomas pueden aparecer de forma más abrupta o escalonada, afectando prominentemente a las funciones ejecutivas desde el principio.
Conclusión.
La demencia vascular representa un desafío significativo para la salud pública, pero a diferencia de otras demencias, nos ofrece una ventana clara de oportunidad para la prevención. El mensaje de los expertos es unánime: cuidar la salud de tu corazón es cuidar la salud de tu cerebro. Controlar la presión arterial, el colesterol, la diabetes y adoptar un estilo de vida activo y saludable son las herramientas más poderosas que tenemos para reducir el riesgo de sufrir esta devastadora condición. Habla con tu médico sobre tus factores de riesgo personales y elabora un plan para proteger tu futuro cognitivo.
Aviso importante.
La información proporcionada en este artículo tiene fines puramente informativos y educativos. No pretende sustituir el consejo, diagnóstico o tratamiento de un profesional médico cualificado. LiveFullyWell no se hace responsable de las decisiones tomadas por el lector basadas únicamente en este contenido. Siempre consulta a tu médico o a otro proveedor de salud cualificado ante cualquier duda que puedas tener sobre una condición médica.
Fuentes y Referencias
- Clínica Mayo. (s.f.). Demencia vascular. Obtenido de mayoclinic.org
- MedlinePlus. (s.f.). Demencia vascular. Obtenido de medlineplus.gov
- Organización Mundial de la Salud (OMS). (2023). Demencia. Obtenido de who.int
- Fundación Española del Corazón. (s.f.). Factores de Riesgo Cardiovascular. Obtenido de fundaciondelcorazon.com
- Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). (s.f.). Vascular Dementia. Obtenido de cdc.gov