Revisado el: 29/08/2025
La dislipidemia es una condición médica caracterizada por niveles anormales de lípidos (grasas) en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos. Aunque a menudo no presenta síntomas, es un factor de riesgo principal para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Entender qué es, por qué ocurre y cómo gestionarla es fundamental para proteger nuestra salud a largo plazo.
Puntos Clave del Artículo
- La dislipidemia se define como una alteración en los niveles de grasas en la sangre, principalmente colesterol LDL (malo), colesterol HDL (bueno) y triglicéridos.
- Generalmente es una "enfermedad silenciosa", sin síntomas evidentes hasta que surgen complicaciones graves como la aterosclerosis.
- Sus causas pueden ser genéticas (primarias) o estar relacionadas con el estilo de vida y otras enfermedades (secundarias), como la diabetes o el hipotiroidismo.
- El tratamiento se basa en cambios en la dieta, ejercicio regular y, en muchos casos, medicación específica prescrita por un profesional sanitario.
¿Qué es exactamente la dislipidemia y por qué es un riesgo para la salud?
La dislipidemia es un término médico que engloba diversas alteraciones en el perfil lipídico sanguíneo. Para entender su riesgo, es clave conocer a sus protagonistas:
- Colesterol LDL (Lipoproteína de Baja Densidad): Conocido como el "colesterol malo". Cuando sus niveles son elevados, tiende a acumularse en las paredes de las arterias, formando placas de ateroma. Este proceso, llamado aterosclerosis, endurece y estrecha las arterias.
- Colesterol HDL (Lipoproteína de Alta Densidad): Es el "colesterol bueno". Actúa como un limpiador, recogiendo el exceso de colesterol de las arterias y transportándolo de vuelta al hígado para su eliminación. Niveles bajos de HDL son un factor de riesgo.
- Triglicéridos: Son otro tipo de grasa presente en la sangre. El cuerpo los utiliza para obtener energía, pero niveles muy altos (hipertrigliceridemia) también contribuyen al endurecimiento de las arterias y aumentan el riesgo de pancreatitis.
El principal peligro de la dislipidemia es que la aterosclerosis que provoca puede obstruir el flujo sanguíneo a órganos vitales. Si una placa de ateroma se rompe, puede formar un coágulo que bloquee completamente una arteria, causando un infarto de miocardio (si ocurre en el corazón) o un accidente cerebrovascular (si ocurre en el cerebro).
Cuáles son las causas principales de la dislipidemia.
Las causas de la dislipidemia se clasifican en dos grandes grupos:
Dislipidemias primarias.
Son de origen genético. Existen mutaciones en los genes responsables del metabolismo de los lípidos que se heredan. La hipercolesterolemia familiar es un ejemplo común, donde los niveles de colesterol LDL son muy altos desde una edad temprana.
Dislipidemias secundarias.
Son las más frecuentes y están causadas por factores externos o por otras enfermedades. Las principales son:
- Estilo de vida: Una dieta rica en grasas saturadas y trans, el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol son los desencadenantes más importantes.
- Enfermedades asociadas: Condiciones como la diabetes mellitus tipo 2, el hipotiroidismo, el síndrome de ovario poliquístico, la enfermedad renal crónica y el síndrome metabólico alteran el metabolismo de las grasas.
- Fármacos: Algunos medicamentos, como ciertos diuréticos, betabloqueantes o corticoides, pueden afectar negativamente los niveles de lípidos.
¿Qué síntomas provoca la dislipidemia?
La dislipidemia es conocida como un "enemigo silencioso" porque, en la gran mayoría de los casos, no produce ningún síntoma. Una persona puede tener niveles de colesterol o triglicéridos muy elevados durante años sin sentir absolutamente nada. Los síntomas aparecen cuando la enfermedad ya ha progresado y ha causado complicaciones, como:
- Dolor en el pecho (angina de pecho) debido a la obstrucción de las arterias coronarias.
- Síntomas de un infarto o un accidente cerebrovascular.
- En casos de niveles de triglicéridos extremadamente altos, puede aparecer dolor abdominal agudo por pancreatitis.
- Raramente, pueden aparecer depósitos de colesterol en la piel (xantomas) o alrededor de los ojos (xantelasmas).
Debido a esta ausencia de síntomas, la única forma de detectarla a tiempo es a través de análisis de sangre regulares.
Cómo se diagnostica la dislipidemia.
El diagnóstico es sencillo y se realiza mediante un análisis de sangre llamado perfil lipídico o lipidograma. Para que los resultados sean precisos, generalmente se requiere un ayuno de 9 a 12 horas antes de la extracción de sangre. Este análisis mide los niveles de:
- Colesterol total.
- Colesterol LDL.
- Colesterol HDL.
- Triglicéridos.
Los resultados son interpretados por un médico, quien considerará no solo las cifras, sino también otros factores de riesgo del paciente (edad, sexo, antecedentes familiares, tabaquismo, hipertensión arterial, diabetes) para evaluar el riesgo cardiovascular global y decidir el plan de acción.
En qué consiste el tratamiento para la dislipidemia.
El objetivo del tratamiento es reducir los niveles de lípidos para disminuir el riesgo de enfermedad cardiovascular. El enfoque se basa en tres pilares fundamentales que a menudo se combinan:
- Cambios en el Estilo de Vida: Es la primera línea de tratamiento y la base de cualquier estrategia. Incluye adoptar una dieta saludable, aumentar la actividad física, perder peso si es necesario, dejar de fumar y moderar el consumo de alcohol.
- Tratamiento Dietético: Se recomienda una dieta baja en grasas saturadas (presentes en carnes rojas, embutidos, lácteos enteros) y grasas trans (en productos ultraprocesados y bollería industrial). En su lugar, se deben priorizar las grasas monoinsaturadas (aceite de oliva, aguacate) y poliinsaturadas (pescado azul, nueces), así como alimentos ricos en fibra como frutas, verduras y legumbres.
- Tratamiento Farmacológico: Cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes para alcanzar los objetivos, el médico puede recetar fármacos. Los más comunes son las estatinas, que son muy eficaces para reducir el colesterol LDL. Otros medicamentos incluyen los fibratos (para los triglicéridos), la ezetimiba o los inhibidores de la PCSK9, entre otros.
Hábitos saludables para controlar los lípidos en sangre.
Adoptar un estilo de vida cardiosaludable es la medida más eficaz para prevenir y controlar la dislipidemia. Aquí tienes una lista de hábitos clave:
- Sigue una dieta mediterránea: Prioriza el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado azul y aceite de oliva virgen extra.
- Limita las grasas "malas": Reduce al máximo la ingesta de carnes procesadas, comida rápida, bollería industrial y productos ultraprocesados.
- Realiza ejercicio regularmente: La OMS recomienda al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada (caminar rápido, nadar, montar en bicicleta) a la semana.
- Mantén un peso saludable: Perder incluso una pequeña cantidad de peso puede tener un impacto positivo en tu perfil lipídico.
- No fumes: El tabaco daña las paredes de las arterias y reduce los niveles de colesterol HDL ("bueno").
- Modera el alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede elevar los triglicéridos y la presión arterial.
Como complemento a un estilo de vida saludable, existen formulaciones basadas en extractos naturales que pueden ofrecer un soporte adicional. Un ejemplo es OLife®, que contiene OLIVUM®, un extracto acuoso de hojas de olivo rico en principios activos como la Oleuropeína, el Hidroxitirosol y el Ácido Elenólico. Estos componentes han sido estudiados por sus propiedades antioxidantes y su potencial ayuda en el manejo de condiciones como la dislipidemia, la hipercolesterolemia y la aterosclerosis, que son parte de las indicaciones asociadas a sus ingredientes. Además, incluye extracto de Caléndula, conocido por sus efectos antiinflamatorios.
Preguntas Frecuentes Adicionales.
¿Dislipidemia es lo mismo que tener el colesterol alto?
No exactamente. La hipercolesterolemia (colesterol alto) es un tipo de dislipidemia, concretamente la más común. Sin embargo, el término dislipidemia es más amplio y también incluye otras alteraciones, como tener los triglicéridos altos (hipertrigliceridemia), el colesterol "bueno" HDL bajo, o una combinación de varias de estas condiciones.
¿La dislipidemia se puede curar de forma permanente?
En el caso de las dislipidemias secundarias causadas por el estilo de vida, un cambio drástico y sostenido en la dieta y el ejercicio puede normalizar los niveles de lípidos hasta el punto de no necesitar medicación. Sin embargo, no se considera una "cura" en el sentido de que si se abandonan esos hábitos saludables, los niveles volverán a alterarse. En el caso de las dislipidemias primarias (genéticas), el control suele requerir tratamiento farmacológico de por vida, siempre acompañado de un estilo de vida saludable.
Conclusión: Un enfoque proactivo para una vida más sana.
La dislipidemia es una condición seria pero manejable. Su carácter silencioso nos obliga a ser proactivos, realizando chequeos médicos regulares para conocer nuestros niveles de lípidos en sangre. Adoptar una dieta equilibrada, hacer ejercicio y seguir las indicaciones de un profesional sanitario son las herramientas más poderosas que tenemos para mantener nuestras arterias sanas, reducir el riesgo cardiovascular y, en definitiva, vivir una vida más larga y plena.
Aviso importante.
La información contenida en este artículo tiene un propósito meramente informativo y educativo, y no debe ser considerada como un sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. LiveFullyWell no respalda ni se responsabiliza por el uso de la información presentada sin la consulta previa a un profesional de la salud cualificado. Nunca ignores el consejo médico profesional ni demores en buscarlo por algo que hayas leído aquí. Consulta siempre a tu médico o a otro proveedor de salud cualificado ante cualquier duda que puedas tener sobre una condición médica.