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Portada del artículo 'Tendinosis: qué es y en qué se diferencia de la tendinitis.' con el producto OLife® COLLAGENE IDROLIZZATO

Tendinosis: qué es y en qué se diferencia de la tendinitis.

Revisado el: 11/10/2025

Cuando sentimos dolor en un tendón, es común pensar inmediatamente en "tendinitis". Sin embargo, la ciencia médica ha demostrado que muchos de los dolores crónicos en los tendones no se deben a una inflamación aguda, sino a un proceso degenerativo conocido como tendinosis. Entender la diferencia entre ambos términos es fundamental, ya que el diagnóstico correcto determina el tratamiento más eficaz para una recuperación completa y duradera.

Puntos Clave del Artículo

  • La tendinitis es la inflamación aguda de un tendón, generalmente causada por una lesión repentina o sobrecarga.
  • La tendinosis es una degeneración crónica del colágeno del tendón debido a microtraumatismos repetitivos, y cursa sin inflamación significativa.
  • Diferenciar ambas condiciones es crucial, ya que los tratamientos son distintos; los antiinflamatorios, útiles en la tendinitis, no suelen ser efectivos para la tendinosis.
  • El diagnóstico se basa en la historia clínica y pruebas de imagen como la ecografía, que muestra el estado del tejido del tendón.
  • El tratamiento de la tendinosis se centra en la rehabilitación, ejercicios excéntricos y la gestión de la carga para estimular la regeneración del tejido.

¿Qué es exactamente la tendinosis y qué la tendinitis?

Aunque ambos términos se refieren a condiciones dolorosas que afectan a los tendones —las fuertes cuerdas fibrosas que unen los músculos a los huesos—, describen procesos biológicos muy diferentes. Confundirlos es un error común que puede llevar a tratamientos ineficaces. La distinción principal radica en la presencia o ausencia de inflamación y la duración del problema.

La tendinitis es un término que describe la inflamación aguda de un tendón. Se caracteriza por los signos clásicos de la inflamación: dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor en la zona afectada. Generalmente, es el resultado de un esfuerzo excesivo o una lesión repentina, como un mal gesto durante la práctica deportiva.

Por otro lado, la tendinosis es un proceso crónico y degenerativo. No se trata de una inflamación, sino de un desgaste progresivo de las fibras de colágeno que componen el tendón. Con el tiempo, los microtraumatismos repetidos provocan que el tendón se debilite, se desorganice y pierda su estructura normal, lo que genera dolor persistente y una menor capacidad funcional. Es una condición de "desgaste" más que de "inflamación".

Tabla Comparativa: Tendinitis vs. Tendinosis
Característica Tendinitis Tendinosis
Proceso Principal Inflamatorio Degenerativo
Duración Agudo (días a semanas) Crónico (meses a años)
Causa Común Lesión o sobrecarga repentina Microtraumatismos repetitivos
Respuesta Celular Presencia de células inflamatorias Desorganización del colágeno, sin células inflamatorias
Tratamiento Inicial Reposo, hielo, antiinflamatorios Gestión de la carga, terapia física, estímulo de regeneración

¿Cuáles son las principales causas de la tendinosis?

La tendinosis no aparece de la noche a la mañana. Es el resultado de una sobrecarga repetitiva que supera la capacidad del tendón para repararse a sí mismo. Las causas fundamentales están ligadas a factores mecánicos y biológicos que contribuyen a este desequilibrio.

  • Sobrecarga por repetición. Es la causa más común. Actividades laborales o deportivas que implican movimientos repetitivos (como teclear, usar herramientas, jugar al tenis o correr) pueden generar microdesgarros acumulativos en el tendón.
  • Técnica inadecuada. Realizar un movimiento deportivo o una tarea laboral con una mala técnica aumenta la tensión en tendones específicos, acelerando su desgaste.
  • Aumento brusco de la actividad. Incrementar la intensidad, duración o frecuencia del ejercicio sin una adaptación progresiva puede sobrepasar la capacidad de resistencia del tendón.
  • Falta de descanso y recuperación. No permitir que los tendones se recuperen adecuadamente entre sesiones de esfuerzo impide los procesos naturales de reparación del tejido.
  • Edad. Con el envejecimiento, los tendones tienden a volverse menos elásticos y con menor vascularización, lo que los hace más susceptibles a la degeneración.
  • Factores biomecánicos. Desalineaciones articulares, debilidad muscular o falta de flexibilidad pueden alterar la distribución de las cargas, sometiendo a ciertos tendones a un estrés excesivo.

¿Cómo se diagnostica y diferencia una tendinosis de una tendinitis?

Un diagnóstico preciso es el pilar para un tratamiento exitoso. Un profesional de la salud, como un médico o fisioterapeuta, utilizará varias herramientas para diferenciar una tendinosis de una tendinitis.

  1. Anamnesis o historia clínica. El especialista preguntará sobre el inicio del dolor. Un dolor de aparición súbita tras un esfuerzo sugiere tendinitis, mientras que un dolor gradual que ha empeorado con el tiempo apunta más hacia una tendinosis. También se evaluarán las actividades diarias y deportivas del paciente.
  2. Examen físico. La palpación de la zona puede revelar diferencias clave. En la tendinitis, a menudo se encuentra hinchazón palpable y calor. En la tendinosis, es más común encontrar un engrosamiento del tendón o nódulos dolorosos a la presión, pero sin signos claros de inflamación aguda.
  3. Pruebas de imagen. La ecografía musculoesquelética es la herramienta de elección para visualizar el tendón. En una tendinosis, el ecógrafo puede mostrar un tendón engrosado, con áreas hipoecoicas (más oscuras) que indican desorganización de las fibras de colágeno y posible neovascularización (formación de nuevos vasos sanguíneos anómalos). En una tendinitis aguda, puede verse líquido inflamatorio alrededor del tendón. La resonancia magnética (RM) también puede ser útil para confirmar el diagnóstico y descartar otras lesiones.

¿Qué tratamientos son efectivos para la tendinosis?

Dado que la tendinosis no es un problema inflamatorio, el enfoque del tratamiento es radicalmente diferente al de la tendinitis. El objetivo no es reducir la inflamación, sino estimular la regeneración y remodelación del colágeno dañado.

  • Gestión de la carga. Es fundamental modificar o reducir temporalmente las actividades que provocan dolor, pero sin caer en el reposo absoluto. El reposo total puede debilitar aún más el tendón. Se trata de encontrar un nivel de actividad que no irrite el tejido pero que lo mantenga activo.
  • Terapia física y ejercicios excéntricos. Este es el pilar del tratamiento. Los ejercicios excéntricos, en los que el músculo se alarga bajo tensión de forma controlada, han demostrado ser muy eficaces para estimular la producción de nuevo colágeno y reorganizar las fibras del tendón. Un fisioterapeuta diseñará un programa progresivo y personalizado.
  • Terapias manuales. Técnicas como el masaje transverso profundo (Cyriax) o la fibrólisis diacutánea pueden ayudar a mejorar la movilidad del tejido y reducir adherencias.
  • Corrección de factores biomecánicos. Un fisioterapeuta analizará y corregirá posibles desequilibrios musculares, problemas de técnica deportiva o laboral y otros factores que contribuyan a la sobrecarga del tendón.

Es importante destacar que la recuperación de una tendinosis es un proceso lento que puede llevar de 3 a 6 meses, o incluso más, y requiere constancia y paciencia por parte del paciente.

Hábitos para la prevención y el cuidado de los tendones.

Prevenir las lesiones tendinosas es siempre la mejor estrategia. Incorporar hábitos saludables en nuestra rutina diaria y deportiva puede marcar una gran diferencia en la salud de nuestros tendones a largo plazo.

  • Calentamiento adecuado. Realiza siempre un calentamiento completo antes de cualquier actividad física para aumentar el flujo sanguíneo y la elasticidad de los tendones.
  • Progresión gradual. Evita aumentos bruscos en la intensidad o duración de tus entrenamientos. Sigue la regla del 10%, no aumentando más de este porcentaje por semana.
  • Técnica correcta. Asegúrate de utilizar una técnica adecuada en tu deporte o trabajo. Considera recibir clases o asesoramiento de un profesional para corregir tu postura y movimientos.
  • Fortalecimiento equilibrado. Trabaja no solo los músculos principales sino también los estabilizadores para asegurar una distribución correcta de las cargas.
  • Nutrición e hidratación. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes que apoyan el tejido conectivo, es esencial. La vitamina C, por ejemplo, es crucial para la síntesis de colágeno. Mantenerse bien hidratado también es fundamental para la elasticidad de los tejidos.

Para complementar una dieta orientada a la salud articular y de los tejidos conectivos, algunos complementos alimenticios pueden ofrecer un soporte adicional. Un ejemplo es OLife® COLLAGENE IDROLIZZATO, formulado específicamente para nutrir estos tejidos desde el interior. Contiene colágeno hidrolizado VERISOL®, que aporta los péptidos necesarios para la estructura de tendones y piel, junto con vitamina C, esencial para que el cuerpo pueda formar su propio colágeno. Además, incluye OLIVUM®, un exclusivo extracto de hojas de olivo con propiedades antioxidantes. Este producto está diseñado para apoyar la salud y flexibilidad de las articulaciones y contribuir a la estructura de la piel, el cabello y las uñas, siendo un aliado en el cuidado integral del cuerpo.

Preguntas Frecuentes Adicionales.

¿Puede una tendinitis mal tratada convertirse en tendinosis?

Sí, es un escenario bastante común. Si una tendinitis aguda no se resuelve adecuadamente y la persona continúa realizando la actividad que la provocó, la inflamación inicial puede disminuir, pero el tendón entra en un ciclo de lesión y reparación fallida. Esto conduce a cambios degenerativos en el tejido, transformando un problema agudo en una condición crónica de tendinosis.

¿El hielo es útil para la tendinosis?

El hielo (crioterapia) es principalmente un agente antiinflamatorio y analgésico. En la tendinitis aguda, es muy útil para reducir la inflamación y el dolor. Sin embargo, en la tendinosis, donde la inflamación no es el problema principal, su utilidad es limitada. Puede proporcionar un alivio temporal del dolor, pero no aborda la causa subyacente de la degeneración del tendón. El tratamiento principal para la tendinosis se centra en el ejercicio terapéutico.

Conclusión: un diagnóstico preciso es la clave.

Comprender que el dolor crónico en un tendón rara vez es una "tendinitis" y sí más probablemente una "tendinosis" cambia por completo el enfoque de la recuperación. Mientras que la tendinitis responde a medidas antiinflamatorias y reposo relativo, la tendinosis exige un plan activo de rehabilitación centrado en estimular la regeneración del tejido dañado. Si experimentas un dolor tendinoso persistente, es crucial buscar una evaluación profesional para obtener un diagnóstico correcto y un plan de tratamiento personalizado que te permita volver a tus actividades sin dolor y con tendones más fuertes y resilientes.

Aviso importante.

La información contenida en este artículo tiene un propósito meramente informativo y no sustituye en ningún caso el consejo, diagnóstico o tratamiento de un profesional médico cualificado. LiveFullyWell no se hace responsable de las consecuencias para la salud de cualquier persona que lea o siga la información contenida en este contenido editorial. Consulte siempre a su médico o a otro profesional de la salud cualificado ante cualquier duda que pueda tener sobre una condición médica.

Fuentes y Referencias.

  • https://medlineplus.gov/spanish/
  • https://www.mayoclinic.org/es
  • https://fundaciondelcorazon.com/
  • https://nutritionsource.hsph.harvard.edu/staying-active/
  • https://www.who.int/
  • https://www.sanidad.gob.es/

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